junio 23, 2009

Embriagado

Estoy tan borracho que temo no escribir correctamente, entendiendo por correctamente sin faltas de ortografía, sin omisión de signos de puntuación y conservando el orden que las letras de una palabra deben tener.

A veces, después de matar un cigarro, me gusta acercar las manos a la brasa que danza, intentando no extinguirse, para corroborar que lo acabo de matar. Me gusta sentir ese calor que emana la brasa, pareciera que intenta dañarme, pareciera que es la forma en la que la brasa se revela. El calor qur siento por su culpa hace que me dé cuenta de que yo maté al cigarro, hace que me sienta mal.

Ya, no puedo escribir más. Todo me da vueltas, creo que lo mejor será vomitar.

Te quiero un chingo, carnal Gustavo.

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