marzo 29, 2009

Vamos a jugar

Vamos a jugar a estar solos tú y yo, a armar nuestro propio mundo. Quiero perderme contigo, y en tí. Vamos a llevar el cobertor a todos lados, a pasear por todo el universo cubiertos por él; vamos a meter a todo el universo debajo de nuestro cobertor.

Dices que puedes imaginar cómo seré en 20 años, yo no puedo imaginarte, no lo quiero hacer, quiero pensar que siempre serás como eres ahora, quiero hacer eterno este lapso de tiempo. Me gusta estar contigo, ahora. Me gusta poder entrar al refugio de caricias delicadas, de oídos comprensivos, de besos dulcemente afilados, de senos perfectos, de pasos firmes y seguros, de abrazos mágicos, que pueden sostenerme para no caer o asfixiarme hasta el desmayo, de ojos expresivos, de palabras inteligentes, de manos curiosas. Aprecio el refugio, en él puedo resguardarme de las tormentas de inseguridad, de los sismos de principios, de las inundaciones de tristeza, de los ataques de lo cotidiano, de los incendios provocados por ira y arrebatos.

Haré licor de tu saliva, recorreré embriagado tu cuerpo, tierra poco explorada por mí, me maravillaré de los detalles que he dejado pasar en las visitas previas. Encontraré el sendero que llega a tu corazón, aquél lleno de hierba peligrosamente alucinógena, cortaré un poco de tu piel y haré un churro. Me conduciré, con la droga perfecta (envuelta en papel de lunares) en la mano izquierda, hasta llegar a tu sexo, y la prenderé con el calor que este despide. Cuando lo termine, cuando tu hierba recorra mi torrente sanguíneo, entraré en un delicioso letargo, donde nada más importa, donde voy a querer permanecer eternamente.

Quiero un mundo nuevo, quiero ser un refugiado, quiero ser explorador.
Juguemos, por favor.

marzo 04, 2009

Autoestima

-Hola- Dijo él, con voz nerviosa.
-Hola- Contestó ella.

Se besaron, se mordieron, se lamieron, hicieron el amor, fumaron mota, tabaco. Él despertó primero y salió apresuradamente de aquella habitación, dejando sobre el buró 800 pesos, precio justo, según él, por coger con una mujer de la mitad de su edad a la que no le importaba que fuera un fracasado.