mayo 31, 2010

En un ciber en mi pueblo

Ustedes no saben, pero uno de mis vicios es jugar Street Fighter EX 2. Hace rato estaba jugando, pero perdí humillantemente, por eso vine a postear que perdí humillantemente.

Y ya, no hay nada más, salvo esta rola, del grandioso Agustín Lara.
Saludines desde mi pueblo a toda la banda.

mayo 20, 2010

"Salud" en el Once

Estoy viendo el once, "Las mañanas del Once", creo que así se llama. Es como el programa "Hoy" de Televisa, nomás que un poquito menos pendejo. El Canal Once cada vez es menos canal-cultural-universitario y cada vez más canal-clasemediero-pretencioso. Ha cambiado extremadamente rápido: hace apenas unos dos meses, todos los miércoles a las once y media podíamos ver documentales excelentes; ahora vemos una serie canadiense (creo) de una morra treintona, soltera y perdedora que conoce a un terapeuta (que toma citas del Facebook de Platón, Spinoza, Freud y Einsten y las dice cada dos minutos) que le ofrece cambiarle la vida. De pronto la morra vuelve a vivir sus momentos estresantes del pasado, y como que tiene la misión de cambiarlos.

[Sé que en estos momentos cualquiera que esté leyendo esto sabrá que soy una nena, que me paso las mañanas viendo programas hechos para señoras (parece que ahora las noches también, valgo verga) y que, además, lo disfruto. Pero no me importa, porque a lo que voy es algo bastante curioso y gracioso, y me parecía precio justo a pagar por escribir sobre ello (además, las personas que me conocen ya saben que soy una nena, las demás personas no importan (bueno, si es que hay alguien que lea esto y que no me conozca (aunque lo que sí estaría muy chido sería conocer a alguien acá bien vergas que leyera esto, que no me conociera y que me quisiera conocer. Pero esto ya no pasará, pues si esa persona leyera esto sabría que soy una nena y que no sería interesante conocerme)))]

El punto es que en el programa este del once, en la parte "Salud" (donde una mujer treintona se pone a platicar con "especialistas" sobre temas que preocupan a la banda clasemediera (antes no era así, hay que recordarlo)), hoy salieron unos tipos de medicina ayurveda. Decían que la medicina ayurveda está basada en un conocimiento muy antiguo que había sido olvidado por muchos y subestimado por el resto, pero que un carnal de nombre extraño que, según ellos, es el "más eminente maestro de la Ciencia Védica", lo había rescatado para que la banda de occidente pudiera gozar de él (del conocimiento, no del maestro). Dijeron que ellos creen que el espíritu y el cuerpo están conectados, que el último es continuación del primero (seguramente con otros términos, pero eso es como la idea central). Ellos sostienen que el gran problema de la banda actualmente es que no sabemos escuchar a nuestro cuerpo, que él siempre nos está mandando señales de lo que necesitamos corregir para estar mejor (fundamentalmente en lo concerniente a la alimentación), pero que nosotros nomás no escuchamos. Ofrecieron que si hacíamos caso a su sabiduría y nos animábamos a ir a consulta con ellos, podríamos arreglar todos nuestros problemas (¡como el terapeuta de la serie de anoche!).

Según yo, el Once aún intenta mantener su tan famosa pluralidad, por eso, además de invitar a sus invitados (válgase la redundancia), se preocupan por investigar sobre el mismo tema que los invitados tratarán, con otras personas. Pasaron a una mujer que era estudiosa en un instituto de medicina alternativa (no recuerdo cuál) que nos mostraba cómo se realizaba un masaje ayurveda. Se veía bien el masaje (con aceitito, por toda la espalda, estimulando las regiones donde están los chacras; al final te dejaban caer unas gotas de aceite en la frente por un buen rato, con la intención de que eso ayudara a inducirte en algún estado de conciencia placentero), dijo que era el precursor de una técnica moderna para drenar el sistema linfático.

Luego regresaron con los invitados. Es costumbre en ese programa que se lean los mensajes que dejan los espectadores cuando llaman por teléfono. La primera fue fácil: "¿La migraña puede ser atendida con medicina ayurveda?" "¡Claro! Lo fundamental es escuchar a tu cuerpo. Muchas veces la gente cambia su alimentación y experimenta, literalmente, un cambio de vida. Los dolores de cabeza disminuyen en frecuencia e intensidad". Luego siguieron platicando invitados y conductora. La invitada (eran una mujer y un hombre) aprovechó para hacer promoción a su libro, diciendo que en él se contenían muchas de las enseñanzas ayurvedas. Desgraciadamente "tenemos que ir a un corte. Regresamos aquí, a tu programa Salud".

Siguió el programa. Otra pregunta: "Hace 8 meses tuve un aborto. Desde entonces he estado subiendo mucho de peso. Quisiera saber si la medicina ayurveda me puede ayudar" [jejeje, la cara de todos expresaba un poco de incomodidad]. "Recordemos que para padecimientos más complicados es necesario que te hagamos un diagnóstico. Es muy difícil dar un consejo por televisión, tendrías que venir a nuestras clínicas". La morra volvió a hablar, la invitada, y de nuevo volvió a presumir su libro. La conductora intentó detenerla, interrumpiéndola, pero se alcanzó a escuchar a la invitada decir "... y tenemos ¡dos! libros gratis". Pusieron en pantalla los teléfonos del estudio y la conductora dijo, con marcado enojo en su rostro: "si tiene alguna duda con los "eventos" que los invitados acaban de mencionar, puede llamar al estudio y les darán todos sus datos [de los invitados]". Jajaja.

Bueno, ya me voy. Sé que no resultó interesante ni divertido el relato, pero a mí me lo había parecido. Mis letras no pueden captar lo sucedido por completo. Aunque seguramente, aunque lo pudieran hacer, el relato hubiera sido igual de chafa. Chale.

mayo 18, 2010

De noche todos los gatos son pardos

... Y ruidosos. 
Chale, ya en este punto no estoy seguro de estar escuchando "mmuuuaaaauu, mmmuuuaaauu", creo que más bien es "aaaaayyyy, aaaaayyyy". ¿Y si Yas tiene razón y los maullidos no son en realidad maullidos, sino los gemidos de una mujer al estar siendo penetrada (o algo parecido (parecido a ser penetrada, no a ser mujer))? Si me masturbo escuchándolos, ¿estaría siendo vouyerista (en un sentido amplio, pues en realidad no estoy viendo nada, sólo escuchando) o zoofílico? Bueno, no importa, de todas formas no tengo pensado hacerlo, y si lo tuviera pensado lo que menos me importaría sería el estatus que adquiriría al hacerlo.

Ah, no mames, la rola de los Caifanes

No me gusta la actitud del Google Chrome: "¡Vaya! parece que Google Chrome no pudo encontrar la página". ¿Parece? Que no mame, ¿por qué no dice: "no puedo cargar la página, soy chafita"?, eso sería más honesto de su parte. "La página no responde, puedes esperar o cerrarla". Vale verga, ya sé, no necesitas decírmelo; también puedo hacer un entripado que me provoque diarrea, o tirar la lap a la basura. [Me acabo de enterar que "entripado" no es tan conocida como imaginaba, por lo menos Lola no conocía esa expresión. Es como hacer un coraje y quedárselo, en las tripas].

- "¿Cómo estás? ¿Bien? ¿Andas en el DF? ¿Estás ocupado?"
- ¿Por qué tantas preguntas?
- "¿Te molesta?"
- ...

Ya, a dormir (o a jugar Metroid Prime, aún no lo decido) (Me gustan los paréntesis).

mayo 14, 2010

Estoy crudo

¿Alguna vez has fumado tanto que te arde la lengua? No es agradable y supongo que hace bastante daño. 
Me da mucha hueva platicar con la gente por compromiso. 
Las chelas saben mejor cuando se acompañan de una buena plática.
Tengo un amigo que es muy chido, pero no lo veo muy seguido, se llama Luis. Alguna vez ya escribí algo sobre él. Me gusta platicar con él, y ponerme pedo en su casa.

Existen muchas personas que son pendejas (entre ellas me tengo que incluir), pero hay muchas otras que son extremadamente pendejas, pendejísimas. El miércoles conocí a una, desgraciadamente. La tal persona esta, de género femenino, ahí estaba, en el cuarto donde llegué a beber. Saludé: "qué tranza?", beso en la mejilla. [ahorita que escribo esto tengo en la boca un sabor a rábano, no sé por qué] Los primeros minutos fueron normales, no había ningún pedo. Me marcó Yas, me encerré en el baño para poder platicar a gusto. Cuando regresé, ya estaba armado el churro. Fumamos. La hierba sabía muy bien, empezó a hacer efecto. La morra esta no fumó, nomás los otros tres tipos que ahí estaban y yo. Y fue entonces cuando todo empezó a irse en picada.

"¿Y qué estudias?", pregunté, más por una especie de compromiso que por otra cosa.
"Contaduría, ¿y tú?", dijo.
"¿En la Unam?" pregunté.
"Si, ahí en CU", contestó.
"Órale..."

[Los prejuicios son malos, ya sé, pero de algún lado tienen que salir, por algo existen, y esta es mi (extremadamente mal hecha y chafa) teoría: Tenemos un grupo de personas que tienen algo en común, por ejemplo, "estudiar" contaduría. Un sujeto (yo), no tiene acceso al grupo completo de contadores, pero conoce a dos o tres (ya sé que son demasiados, pero así es, ni pedo) y se da cuenta de que esas dos o tres personas comparten, además de un extraño y poco justificable gusto por hacer sumas y restas y llenar hojas y hojas con numeritos que no sirven para dos pitos, otras características (ser pendejísimos, no poder sostener una conversación por más de dos minutos, tener una cultura general-mente nula, y un largo etcétera). Como el sujeto se da cuenta de que el hecho de "estudiar" contaduría y las deficiencias mentales anteriormente descritas parecen acompañarse siempre, el sujeto infiere que existe entre ellas alguna relación causal (aunque nunca se detenga a pensar si las deficiencias mentales causan el "estudiar" contaduría o viceversa). Evidentemente, la inferencia es errónea: primero, porque se presupone la existencia de la causalidad, segundo y más importante, porque la inferencia está hecha sobre un grupo de sujetos que no han sido caracterizados como "sujetos muestra". A este intento de inferencia, a este razonamiento mal hecho, se le llama prejuicio]

La noche transcurrió lentamente, muy lentamente, entre conversaciones francamente estúpidas: "Mi papá trabaja en un partido -decía la morra- y gana muuucho dinero. De un proyecto que deja de ganancias 4 mdp, mi papá se queda con 1, México se queda con 2 y los Estados Unidos con otros 2" [jajajajajajajajajajaja!]. "Yo sé de esos desmadres de derecho de autor, para cuando termines tu rola", le dijo a otro tipo que ahí estaba, y el tipo: "no mames, we, a huevo, ya casi la termino, nomás que ahorita me hace falta una máquina-que-lo-hace-todo". "No hay pedo, le voy a decir a mi papá que la consiga, porque él sabe de esas cosas. Cuando las elecciones del 2006 se le prendió el foco, fue al PRD y les ofreció mandar mensajes a mucha gente para que votaran por el Peje[ndeje]. Ganó mucho varo" [chale, ya estuvo].

Y de ahí empezaron a hablar de política (en esos momentos yo armaba el otro toque, intentando controlar mi extrema inconformidad para no reventarle un par de madrazos a los dos interlocutores. Los otros dos tipos que estaban ahí no hacían mucho, uno estaba acostado, sin hablar, sin hacer un sólo movimiento; el otro bailaba al ritmo de "Don´t stop me now", de Queen). "Entonces tú si eres de las que dice: "con el peje estaríamos mejor"?", pregunté, esforzándome por vivir una de esas experiencias incómodas pero divertidas. "No creo que con el Peje estaríamos mejor, pero si hubiera quedado de presidente, el próximo sexenio nos iba a ir mejor, porque como quedó Calderón, el próximo presidente va a ser del PRI, y vamos a seguir con la misma mierda de siempre". Mi esfuerzo no fue suficiente.

Después la morra anduvo agachándose en todos lados, a la menor provocación, para enseñar las tetas. Yo me fui a dormir.


mayo 11, 2010

Cuando tengo hambre me da por odiar a todo el mundo

La verdad es que odio a todo el mundo casi siempre, pero cuando tengo hambre no me puedo ocultar ese sentimiento.

Bueno, no, no odio a nadie, sólo me incomoda sobremanera la existencia de otras personas a mi alrededor. Me incomodan los niños que hacen berrinche en el pesero (los niños que hacen berrinche en general, pero cuando estoy en el pesero es peor), pero más sus padres, personas inconscientes que no reparan en que el resto del mundo no tiene la culpa de la pésima crianza que dan a sus extremadamente irritantes y ruidosos engendros. Me incomoda la gente que se apoya en mi pierna al subir (o bajar) del pesero. También los hijos-de-puta choferes de pesero (no todos, aunque sí la gran mayoría) me cagan (no, creo que a ellos sí los odio); estos personajes ocupan una de las posiciones más elevadas en mi rankin de personas a las que no se echaría de menos si murieran. 

Otra situación que me irrita es cuando, a pesar de que la gente está viendo que estoy leyendo, que me esfuerzo por desconectarme del mundo, me dice: "Oiga joven, ¿lo molesto si pasa un pasaje?" ¡Claro que me molesta, y un chingo! ¿No ve que estoy leyendo? ¿Acaso no sabe (todos deberían saber) que interrumpir a alguien que lee es casi peor que interrumpir una buena cogida?  Las señoras gordas que se suben al pesero y que se hacen caber a la de a huevo, que todavía se ofenden cuando uno expresa su inconformidad. La banda que talonea. La banda monosa. La banda monosa que talonea. La gente que dice "mas sin en cambio". La gente que se aprovecha de la banda que generosamente ofrece un tren de su mota fumándole un chingo. La música de los ochentas (por lo menos la que pasan en Mix). Israel Jaito-bitch. El payaso que da noticias (López-Dóriga). Las mujeres que de alguna manera simpatizan con el movimiento feminazi (como dijera Olallo).

Ya me voy, después de la terapia.