noviembre 06, 2008

Cruda

Despierto, todo mi cuarto huele a alcohol, tengo la boca seca y mi cabeza no deja de doler. No recuerdo la noche anterior, me siento aturdido. Ya no puedo seguir acostado, pero el dolor aumenta si me pongo de pie. Tal vez así deba ser, necesito sentir dolor para no sentirme culpable, es mi penitencia. ¿Por qué no? A la iglesia le ha funcionado muy bien, todos siempre debemos ser culpables de algo, no somos dignos de sentir placer gratuitamente.
Entro al baño, el agua tibia ayuda a hacerme sentir mejor. Salgo, el dolor de cabeza ha disminuido un poco. Bajo a comer algo, manzana, pan, leche, manzana, agua, leche, pan, agua. Cigarro. Ahora me siento mejor.
Por la ventana alcanzo a ver a dos personas trotando, hombre y mujer, llevan pants del mismo color, y sus tenis son iguales. Me siento mal, yo podría estar haciendo ejercicio, leyendo, escribiendo o ayudando a salvar al mundo, pero no, estoy como estúpido viendo por mi ventana, sin hacer nada, un poco crudo y sin ganas de vivir. Tal vez debería dejar de tomar, dejar de fumar y hacer algo mejor. Podría ser una persona saludable, comer bien, hacer mi tarea, trabajar, no sé, muchas otras cosas; pero no quiero, prefiero ponerme borracho, fumar hasta morir de cáncer, comer porquerías, sentirme mal, ponerme borracho para olvidar mi malestar, fumar hasta morir de cáncer...
Salgo a la calle, el sol me lastima. Cigarro. La gente se me queda viendo, creo que mi cara revela mi condición de crudo, no me importa. Entro a una iglesia, nunca he sido creyente, sólo vengo aquí porque siempre me encuentro a una chica hermosa, tiene algo que me hace pensar que ella tampoco es creyente. A veces me divierto pensando en que no usa ropa interior, que juguetea con la biblia en su sexo, que cuando el sacerdote eleva el pedazo de Cristo ella llega al orgasmo. No le quiero hablar, no quiero saber que no es como yo creo, me gusta mas pensar en que es perversa, me siento como en una novela de Sade.
Cigarro. Regreso a la casa, sigue igual, sería mejor si todo estuviera ordenado, limpio y no oliera a alcohol. No voy a limpiar, tengo mucho sueño, ni siquiera puedo hacerme responsable de mí mismo, menos aún de ésta casa. Me doy asco, lo peor es que sé que actúo mal, pero tampoco hago nada por corregirme. Quisiera ser cristiano... no. creo que no, prefiero ser adicto al alcohol y al cigarro y no al "pastor" (bonito nombre, muy apropiado). De todas maneras nunca podré ser libre, por lo menos quiero tener la libertad de decidir a qué esclavizarme. ¡Maldita sea! Sigue siendo muy pesado pensar. Lo más parecido al soma se llema alcohol, ahora entiendo por qué tomo.

No hay comentarios: