mayo 14, 2010

Estoy crudo

¿Alguna vez has fumado tanto que te arde la lengua? No es agradable y supongo que hace bastante daño. 
Me da mucha hueva platicar con la gente por compromiso. 
Las chelas saben mejor cuando se acompañan de una buena plática.
Tengo un amigo que es muy chido, pero no lo veo muy seguido, se llama Luis. Alguna vez ya escribí algo sobre él. Me gusta platicar con él, y ponerme pedo en su casa.

Existen muchas personas que son pendejas (entre ellas me tengo que incluir), pero hay muchas otras que son extremadamente pendejas, pendejísimas. El miércoles conocí a una, desgraciadamente. La tal persona esta, de género femenino, ahí estaba, en el cuarto donde llegué a beber. Saludé: "qué tranza?", beso en la mejilla. [ahorita que escribo esto tengo en la boca un sabor a rábano, no sé por qué] Los primeros minutos fueron normales, no había ningún pedo. Me marcó Yas, me encerré en el baño para poder platicar a gusto. Cuando regresé, ya estaba armado el churro. Fumamos. La hierba sabía muy bien, empezó a hacer efecto. La morra esta no fumó, nomás los otros tres tipos que ahí estaban y yo. Y fue entonces cuando todo empezó a irse en picada.

"¿Y qué estudias?", pregunté, más por una especie de compromiso que por otra cosa.
"Contaduría, ¿y tú?", dijo.
"¿En la Unam?" pregunté.
"Si, ahí en CU", contestó.
"Órale..."

[Los prejuicios son malos, ya sé, pero de algún lado tienen que salir, por algo existen, y esta es mi (extremadamente mal hecha y chafa) teoría: Tenemos un grupo de personas que tienen algo en común, por ejemplo, "estudiar" contaduría. Un sujeto (yo), no tiene acceso al grupo completo de contadores, pero conoce a dos o tres (ya sé que son demasiados, pero así es, ni pedo) y se da cuenta de que esas dos o tres personas comparten, además de un extraño y poco justificable gusto por hacer sumas y restas y llenar hojas y hojas con numeritos que no sirven para dos pitos, otras características (ser pendejísimos, no poder sostener una conversación por más de dos minutos, tener una cultura general-mente nula, y un largo etcétera). Como el sujeto se da cuenta de que el hecho de "estudiar" contaduría y las deficiencias mentales anteriormente descritas parecen acompañarse siempre, el sujeto infiere que existe entre ellas alguna relación causal (aunque nunca se detenga a pensar si las deficiencias mentales causan el "estudiar" contaduría o viceversa). Evidentemente, la inferencia es errónea: primero, porque se presupone la existencia de la causalidad, segundo y más importante, porque la inferencia está hecha sobre un grupo de sujetos que no han sido caracterizados como "sujetos muestra". A este intento de inferencia, a este razonamiento mal hecho, se le llama prejuicio]

La noche transcurrió lentamente, muy lentamente, entre conversaciones francamente estúpidas: "Mi papá trabaja en un partido -decía la morra- y gana muuucho dinero. De un proyecto que deja de ganancias 4 mdp, mi papá se queda con 1, México se queda con 2 y los Estados Unidos con otros 2" [jajajajajajajajajajaja!]. "Yo sé de esos desmadres de derecho de autor, para cuando termines tu rola", le dijo a otro tipo que ahí estaba, y el tipo: "no mames, we, a huevo, ya casi la termino, nomás que ahorita me hace falta una máquina-que-lo-hace-todo". "No hay pedo, le voy a decir a mi papá que la consiga, porque él sabe de esas cosas. Cuando las elecciones del 2006 se le prendió el foco, fue al PRD y les ofreció mandar mensajes a mucha gente para que votaran por el Peje[ndeje]. Ganó mucho varo" [chale, ya estuvo].

Y de ahí empezaron a hablar de política (en esos momentos yo armaba el otro toque, intentando controlar mi extrema inconformidad para no reventarle un par de madrazos a los dos interlocutores. Los otros dos tipos que estaban ahí no hacían mucho, uno estaba acostado, sin hablar, sin hacer un sólo movimiento; el otro bailaba al ritmo de "Don´t stop me now", de Queen). "Entonces tú si eres de las que dice: "con el peje estaríamos mejor"?", pregunté, esforzándome por vivir una de esas experiencias incómodas pero divertidas. "No creo que con el Peje estaríamos mejor, pero si hubiera quedado de presidente, el próximo sexenio nos iba a ir mejor, porque como quedó Calderón, el próximo presidente va a ser del PRI, y vamos a seguir con la misma mierda de siempre". Mi esfuerzo no fue suficiente.

Después la morra anduvo agachándose en todos lados, a la menor provocación, para enseñar las tetas. Yo me fui a dormir.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajaja como se nota que nunca has hecho un examen de 5 horas de impuestos,y que nunca has estudiado finanzas publicas.. los prejuicios son malos! trucha con eso

Eduardín dijo...

Efectivamente, nunca he hecho un examen de 5 horas de impuestos, y mucho menos he estudiado finanzas públicas.

Y sí, también estoy de acuerdo contigo en que los prejuicios son malos, muy malos: "[Los prejuicios son malos, ya sé, pero de algún lado tienen que salir...". Es más, en algún otro lugar escribí que, según mi forma de ver el mundo, toda la gente deberíamos luchar incansablemente por derribar los prejuicios que tenemos.

Ahora bien, en el post intenté (aunque seguramente no lo conseguí) hacer notar lo paradójico de los prejuicios: son malos, están fundados en cimientos no firmes, no son más que una especie de falacia, un pseudo razonamiento, pero aún así parece que el mundo no hace otra cosa mas que afirmar que algo hay en ellos de verdadero.

Saludos, espero que te des otra vuelta por acá y podamos construir alguna especie de diálogo. :)