diciembre 18, 2009

Sin título, por tercera vez, creo

Una vez más me faltaron huevos.

Ahora estoy bebiendo.

El león ruge, raspa mi garganta y me hace querer vomitar. Pero, antes de eso, me lleva en su lomo hacia algún lugar al que nunca llegamos. Platico con él, le cuento mis penas, me responde provocando mareos. Le cuento, con vergüenza, que mi lengua se paralizó hace unas horas, que de mi boca no pudo salir palabra alguna. Comparto mi miedo con él, mi miedo a lo desconocido, a lo potencialmente agradable, mi miedo a desarrollar sentimientos hacia alguien, mi miedo al rechazo.

No sabe hablar, me he cansado de enseñarle, pero no aprende. Me engaña, se hace pasar por animal domesticado cuando no lo es. No me engaña, pues estoy consciente de su salvajismo. Más bien ambos jugamos al engaño, él mintiéndome y yo creyendo, yo bebiéndomelo y él dejándose beber.

"ka-booom-boom!!!!", grita Billy Corgan, en medio de guitarras distorsionadas, distorsionadas como la realidad que alcanzo montado en el león. El grito incita a pararse y moler a codazos a mis miedos, haciendo slam. No lo hago, prefiero seguir montado en el León, recordando lo que nunca pasó, recordando el beso que nunca le dí, recordando las palabras que no dije, recordando el goce que nunca sentí después de haberle dicho lo que siento, después de haberle dicho que la quiero, que no quiero que se vaya.

Una vez más me faltaron huevos.

Para Yas (¿Jazz?).

2 comentarios:

JuLiUs dijo...

Si yeah son como los de "relatos que nunca contaré" pero con un leon vomitando cosa verdosa y con olor a etanól...sofocando su accionár logico y dejando llevar por la pedéz, ¿seguro que no te proyectaste en el león?

Anónimo dijo...

interesante relato porqe el miedo a sentir? enamorado de jazz? quien es jazz?